jueves, 13 de septiembre de 2007

El SIGNO (AMADO NERVO)

No hables a todos de las cosas bellas y esenciales.

No arrojes margaritas a los cerdos.

Desciende al nivel de tu interlocutor, para no humillarle y desorientarle.

Se frívolo con los frívolos… pero de vez en cuando, como sin querer, como sin pensarlo, deja caer en su copa, sobre la espuma de su frivolidad, el pétalo de la rosa de tu ensueño, si no reparan en el, recógelo y vete de su lado sonriente siempre, es que para ellos, aun no ha llegado la hora.

Mas si alguien coge el pétalo como a hurtadillas, y lo acaricia, y aspira su blanda aroma, hazle enseguida un discreto signo de inteligencia.

Llévala después aparte, muéstrale alguna o algunas de las flores milagrosas de tu jardín, háblale de la divinidad invisible que nos rodea… y dale la palabra del conjuro, el ¡Sésamo, ábrete! De la verdadera libertad.